Miles de negocios contra la espada y la pared. El parón generalizado provocado por el coronavirus ha supuesto un mazazo en la línea de flotación de los autónomos. La liquidez es el eje central de los problemas. El mayor punto de preocupación por parte de pymes y autónomos.
¿Qué alternativas tienes para conseguir liquidez como autónomo?
Ayudas públicas para autónomos
Aunque es interesante, muchos emprendedores descartan esta vía por su complejidad o por desconocimiento.
En los próximos años España pondrá a disposición de autónomos y empresas un paquete de ayudas histórico y sin precedentes a través del conocido Plan de Recuperación de la UE (Next Generation EU). Histórico por el importe de las ayudas y por el alcance previsto.
Como primera opción para obtener liquidez deberías considerar las ayudas públicas que ya están en marcha y que aumentarán aún más con el paso de los meses.
Pero aunque la vía de las ayudas públicas está muy bien, no es la opción más adecuada para obtener liquidez a corto plazo ya que está sujeta a unos plazos generosos (solicitud, aprobación, pago…). La conocida burocracia.
Financiación a corto plazo
Si necesitas una inyección de liquidez inmediata tendrás que optar por otras alternativas.
Las tres más recomendables.
Factoring
Si emites facturas puedes cobrarlas de inmediato. En eso consiste el factoring.
Un tercero (entidad bancaria) se encargará de todos los trámites de cobro mientras que tú sólo pagarás un pequeño porcentaje a cambio.
¿Ventajas del factoring?
Obtendrás liquidez inmediata, tan pronto como emitas la factura.
Además, eliminarás de un plumazo las preocupaciones y todo el proceso que necesitarías para cobrar las facturas.
Por último, y con los problemas de solvencia a la vuelta de la esquina, el factoring es una alternativa interesante para cubrirse las espaldas frente a posibles insolvencias ya que traspasa la responsabilidad a la entidad bancaria (dependiendo del tipo de factoring).
Confirming
Si los problemas de liquidez aparecen por la vía de los proveedores, tu solución más inmediata puede ser el confirming.
Esta alternativa funciona de forma similar a la anterior, pero con las facturas pendiente de pago. De hecho, también se conoce como factoring de proveedores.
El funcionamiento es simple:
- Recibes una factura.
- Comunicas la orden de pago a la entidad bancaria.
- La entidad abonará la factura en la fecha pactada.
Además, existe la posibilidad de que el banco anticipe la factura al proveedor a cambio del abono de las correspondientes comisiones e intereses.
Las ventajas del emisor (autónomo) no solo se limitan a una mejora de la liquidez, el confirming también simplifica la gestión de las facturas a proveedores.
Pagaré
Por último, para obtener liquidez a corto plazo está la vía del pagaré.
Este documento es una obligación incondicional de pago.
Emitiendo pagarés dilatarás el pago con proveedores mejorando tu flujo de caja.
Si los recibes, podrás cobrarlos por anticipado cumpliendo una serie de requisitos. Es lo que conocemos por descuento de pagarés.
No obstante, los pagarés exigen una serie de requisitos y formalidades. Y la asunción de unos costes que, por lo general, son más elevados que en otras formas de financiación.
Financiación a largo plazo
Cuando los plazos van más allá de los cinco años entendemos que se trata de una financiación a largo plazo.
Crowfunding
Una alternativa en crecimiento.
El crowfunding consiste en obtener financiación mediante aportaciones de personas que desean invertir sus ahorros en compañías innovadoras.
Especialmente recomendable para startups y proyectos únicos que buscan hacerse un hueco en los mercados.
La financiación obtenida dependerá, en gran medida, de lo interesante que resulte el proyecto a ojos de los usuarios.
Líneas de crédito y préstamos
Opción tradicional.
Recurrir a las líneas de crédito y a los préstamos es habitual entre pymes y autónomos.
Las líneas de crédito permiten “tener un colchón” de un determinado importe para acceder a él en caso de necesidad. Aportan tranquilidad y flexibilidad. El autónomo acuerda la cantidad con la entidad financiera y paga en función del importe que disponga.
La segunda opción, los préstamos, ponen la totalidad del dinero a disposición del emprendedor, pero en este caso se pagan intereses por todo el capital prestado.