Hemos conocido una cifra alarmante: solo el 15% de los beneficiarios de la tarifa plana continúa dado de alta una vez que se agotan los 2 años de cuota bonificada.
Y, contra este dato que azota con fuerza la realidad del autónomo de nuestro país, debes tomar medidas, rebelarte y buscar soluciones.
Si ves que tu negocio no acaba de asentarse y vas a agotar tu tiempo de tarifa plana o, simplemente, quieres reinventar aquello que un día creaste para ganar más cuota de mercado, atento a estos consejos.
1. Revisa a fondo tu negocio
Emprender no es tarea fácil, todos los sabemos, como tampoco lo es mantenerse activo. Ese 15% de líneas superiores lo demuestra. Por eso es fundamental revisar qué estamos haciendo. Quizás te suene básico, pero, sin duda, es el primer paso que dar. Tienes que tomarle el pulso a tu negocio.
Pregúntate: ¿qué estoy haciendo bien? ¿qué me da buenos resultados? Y, por el contrario, cuestiónate: ¿dónde estoy perdiendo dinero? ¿qué no está funcionando en mi negocio? Debes encontrar los puntos fuertes de tu negocio para invertir más en ellos y dejar de “tirar” dinero en aquello que no produce rentabilidad.
Por ejemplo, si la gente compra tu producto porque tiene un packaging espectacular, sigue invirtiendo en eso que, al final, es lo que te diferencia de tus competidores. Pero, si elaborar las bolsas donde metes tu producto te supone gran inversión en tiempo y dinero, debes tomar medidas. Piensa en opciones como: comprar las bolsas ya hechas y olvidarte tú de realizar ese proceso, elaborarlas con otro envoltorio más barato, buscar otro proveedor que te sirva el material de confección comprando más por menos…
En definitiva, si sabes cuál es tu “punto fuerte” podrás tomar medidas eficaces dedicando más activos al mismo.
2. Elabora una línea de producto más sofisticada
El consumo de los productos de lujo no ha dejado de crecer en nuestro país. El año pasado lo hizo en un 9% y movió más de 9.000 millones de euros. Para el 2021 se espera que esa cifra aumente hasta los 21.000 millones.
Por tanto, te hago una pregunta: ¿podrías lanzar una línea de tu producto más sofisticada y especial para atender a ese público? Obvio, a cambio de una subida del precio habitual que tienes establecido.
Siguiendo el ejemplo anterior, si tu fuerte es el packaging de tu producto, aunque no cambies el contenido puedes cambiar el continente. Es decir, puedes sacar una línea limitada con una bolsa especial (porque vaya numerada, porque esté bordada, porque uses un material más sofisticado…) o pasar, por ejemplo, de una caja de plástico a una de lata o cartón.
Tendrás que invertir un poco más, pero también cobrarás más por tu producto y acercarás a tu negocio a otro tipo de cliente con mayor potencial de compra.
3. Diversifica tu oferta de productos
Y, unido a la anterior, te lanzo a otra cuestión ¿podrías diversificar tu negocio?
Esta es una muy buena opción para reinventar tu negocio con “ciertas” garantías. Si ya tienes a un cliente que confía en ti por X cuestión, puedes usar esa confianza en tu beneficio.
No, no debes irte a lo desconocido, sino todo lo contrario. Lo que te propongo es que aproveches aquello que te hace bueno y le saques más partido aún.
Imagina que tienes una frutería ¿por qué no sacar una línea de fruta cortada “take away”? La gente que habitualmente compra fruta en tu establecimiento podrá comprar también este nuevo producto para el colegio de los niños, llevarlo al trabajo, etc.
4. Establece alianzas
Tendemos a pensar que las alianzas se hacen solo entre grandes compañías, a gran escala. Nada más lejos de la realidad.
Desde el comercio de barrio (y desde las tiendas online) también se pueden buscar nuevas fórmulas de negocio. Solo tienes que prestar atención a con quién hacerlo.
Obvio no te dirijas a un competidor, sino a alguien que complemente tu producto y con quien puedas establecer una fórmula de beneficios mutuos.
Por ejemplo, imagina que tu negocio es una farmacia familiar. Aunque no lo creas las opciones son múltiples. Puedes establecer un sistema de puntos por compras de los productos que sean más caros (cosméticos, cremas, etc.) que sean compensables en descuentos en la clínica dental de tu misma calle, o en el fisioterapeuta de la esquina.
A cambio, incentivarás la compra de tus productos más caros y puedes acordar con esos otros negocios un sistema de compensación para ti (por ejemplo, llevándote un tanto por ciento de su ganancia del que se identifique como cliente tuyo).